jueves, 26 de enero de 2012

Ocupándonos de la vida.

Romanos 8:6 El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Con la caída de Adán en el Edén, se ha venido traspasando una condición humana de la cual no  podemos escapar, y es nuestro deseo interno de buscar aquello que no agrada a Dios.

Cuando la Biblia habla de la carne, no se refiere a nuestro cuerpo, sino a una naturaleza pecaminosa que quiere gobernar nuestros actos. Por ejemplo, cuando tenemos que orar, nuestra carne se opone y nos da sueño, cansancio, surgen otros temas que nos distraen, etc. 

Ahora bien, se nos dice que cuando vivimos para satisfacer a nuestra carne, estaremos sembrando muerte y destrucción. Pero, ¿muerte física? No necesariamente. La muerte espiritual es aquella condición que adoptamos cuando no buscamos agradar a Dios con nuestra forma de vivir y nos coloca lejos de la fuente de Vida que es Cristo.

Debemos ocuparnos del Espíritu que, siempre, busca agradar a Dios y obedecer Su Palabra. Cuando buscamos satisfacer sus deseos, nos encontramos con la vida y la paz. Con la vida, porque nos acercamos a la fuente de ella; y la paz porque nuestra conciencia no tiene de qué arrepentirse.

Es importante que ejercitemos nuestra habilidad de rechazar los deseos de nuestra carne y nos orientemos a la obediencia al Padre.

Dios les bendiga!

2 comentarios:

  1. Hay tiempo para todo...Dios siempre en primer lugar por encima de todas las cosas...(Bi)

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  2. Gracias Bi, por tus comentarios. La Biblia te da toda la razón y es bueno aprovechar el tiempo en ejercitarnos en ser mejores personas cada día. Un abrazo.!

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