miércoles, 25 de enero de 2012

La verdad y la misericordia

Proverbios 3: 3-4 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.

En nuestros diferentes entornos (escolares, universitarios, laborales, familiares, sociales, etc.) nosotros tenemos en este pasaje una recomendación para que nos vaya bien.

La misericordia y la verdad son llaves que nos han sido entregadas, pero depende de nosotros el utilizarlas para abrir las puertas de bendición. El praticar misericordia implica un gran esfuerzo. Podemos pensar que se trata de algo simple, sin embargo cuando lo definimos nos encontramos ante el reto de dar a quienes nos dañan, no lo que se merecen, sino lo que necesitan. ¿Te ha herido alguien? Estoy seguro que sí. Ahora bien, es recomendable para tí que tengas misericordia, ya que para poder recibir perdón, tienes que sembrarlo primero, al actuar con misericordia.

Por otro lado, se nos ha dado la llave de la verdad. No siempre "conviene" decir la verdad, pero es una falsa conveniencia la que se presenta en el momento, ya que cada mentira tiene consecuencias en nosotros y nuestro entorno. El hablar verdad nos coloca en una alta posición, frente a las personas que practican la mentira. Nos abre puertas, cuando menos lo pensamos, y nos mantiene en paz con Dios y con nosotros mismos. Debemos de actuar SIEMPRE con la verdad, aun cuando nos sentimos tentados por las "mentiras blancas" que, como su nombre lo dice, son mentiras.

La verdad debe de ser 100%. Una verdaz con una pizca de mentira, es mentira, ya que pierde su integridad.

Seamos misericordiosos y honestos en todo. Quizás no veamos la recompensa a corto plazo, pero a la larga es más saludable moverse sobre lo verdadero.

Dios les bendiga!

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