Creo que ninguno de nosotros puede negar que nuestros pensamientos anteceden a nuestros actos en la vida. Así mismo, tampoco podemos negar que hay obras malas y obras buenas; Dios no considera en su palabra el relativismo, que es lo que gobierna, hoy en día, la vida de la mayoría de los hombres. Existen patrones buenos y malos de conducta, establecidos en la Palabra del Creador.
Ahora bien, cuando no mantenemos una vigilancia sobre lo que pensamos y desechamos lo que contradice a Dios, estamos expuestos al riesgo de cometer obras incorrectas. La Biblia enseña que cuáles son nuestros pensamientos, así somos. O sea, que aquellos pensamientos que gobiernan nuestra mente, determina el tipo de persona que somos y seremos.
La recomendación del Apóstol Pablo en el pasaje que mencionamos al inicio, está orientada a ir modificando nuestros patrones de pensamiento. Esto se debe al hecho de que hemos sido formados por la sociedad, para pensar aquellas cosas que acarrean destrucción y muerte. El sistema de pensamiento de la sociedad, de muchas familias, amigos, etc., son patrones que buscan lo que está más lejos de Dios, en vez de acercarnos a El; por lo que debemos de cuidarnos.
La mente es un músculo del cuerpo humano. Al igual que los demás músculos, se formará dependiendo del ejercicio que hagamos. Si nos ejercitamos para darle buena forma, se moldeará a una estructura saludable; y así ocurre a la inversa. No debemos dejar que los pensamientos "hagan nido" en nuestra mente, ya que siempre llegarán pensamientos buenos y malos; pero depende de nosotros que se conviertan en actos, ya sean correctos o incorrectos.
Ejercitemos nuestra mente con la Palabra de Dios y, así, podremos ir moldeando nuestros pensamientos a la voluntad del Padre, lo que nos asegurará el éxito en todas las cosas.
Dios les bendiga grandemente!
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